Algunas consideraciones para el desarrollo de la labranza de conservación
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Fecha
2004Autor
Caicedo Guerrero, Samuel
Navas Rios, Gloria E.
Salamanca Sólis, Carmen R.
Publicador
Corporación colombiana de investigación agropecuaria - AGROSAVIAPalabras clave
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Resumen
La labranza cero o siembra directa requiere de suelos con buenas condiciones físicas, químicas y biológicas, de modo que cualquier limitante debe ser corregido antes de implementar este sistema de labranza de conservación. Generalmente se inicia con labranza reducida a fin de corregir deficiencias y problemas de compactación. Esto exige un conocimiento previo de los componentes físicos, químicos y biológicos del suelo, que son aportados por el análisis de suelo y un diagnóstico previo de las condiciones del suelo que se efectúa por medio de cajuelas (40 x 40 x 40 cm) donde se determinan susceptibilidad a la erosión, compactación y pérdida de agua, evaluación de dureza o penetrabilidad, actividad biológica y cobertura vegetal. Estas determinaciones, aunadas a las consideraciones sobre las condiciones que debe reunir el suelo para la labranza de conservación, a saber: condiciones físicas (baja resistencia mecánica, valores bajos de densidad aparente y porosidad de 45 a 50 por ciento, con 10 por ciento de macro poros); condiciones químicas (saturación de bases entre 50 y 60 por ciento y bajo porcentaje de aluminio intercambiable); y condiciones biológicas (niveles de materia orgánica, presencia de microorganismos y nivel de actividad de los mismos), permitirán decidir que método de labranza es el más aconsejable y cuales son los correctivos y enmiendas que deben aplicarse al suelo
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