Prácticas culturales.

Abstract

Los suelos que se van a destinar para el cultivo de la papa deben ser de textura liviana (franco arenoso) y profundos (40-50 cm) en dichos suelos se recomienda una arada a 20 cm y 1-2 rastrilladas, en suelos pesados se debe arar profundo sin remover el subsuelo, los tubérculos se siembran en los surcos, de 3-5 cm por debajo de la superficie del suelo, y se tapan formando caballones de 10-15 cm (en suelos sueltos) y de 6-8 cm (en suelos arcillosos). Los factores que se tienen en cuenta para determinar las distancias de siembra son: topografía del terreno, textura, capacidad de retención de agua, fertilidad del suelo, altitud, maquinaria disponible para fumigar y variedad que se va a sembrar. La semilla debe provenir de plantas que no hayan sido infectadas por enfermedades virosas y poseer brotes de 1-2 cm, los cuales deben estar libres de ataque de hongos e insectos, ser de una sola variedad y de tamaño uniforme, destacando las ventajas y desventajas que ofrecen tanto los tubérculos pequeños como los grandes. El aporque es una labor que consiste en acercar tierra con el azadón, hasta el pie de la planta, para cubrir mejor los tallos subterráneos que producirán los tubérculos y evitar así su exposición a los rayos solares, con lo cual adquieren un color verde, dicha labor se efectúa a los dos meses de haber utilizado el matamalezas. Se realiza el corte de follaje cuando el cultivo muestra el característico amarillamiento de su madurez, con esta práctica se logra endurecer la piel del tubérculo, evitando en gran parte que las papas se pelen al cosecharlas