Conservación de forrajes para alimentación de bovinos: ensilaje y henificación.
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Fecha
1998Autor
Aragón Sierra, R.E.
Publicador
Corporación colombiana de investigación agropecuaria - AGROSAVIAPRONATTA
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Resumen
Los métodos de conservación de forrajes más conocidos son el ensilaje, la henificación y el henolaje. El ensilaje se basa en la preservación de los pastos, forrajes verdes y nutritivos, mediante un proceso de fermentación sin aire que conserva el valor nutritivo y los hace agradables al gusto de los bovinos. La henificación consiste en el secado rápido de los forrajes verdes para reducir su humedad, hasta un nivel suficientemente bajo (15 a 20 por ciento), que detenga la actividad celular y produzca un alimento de valor nutritivo similar al que tenemos al momento del corte. El henolaje es un proceso intermedio entre el ensilaje y la henificación, en virtud del cual el forraje se conserva con un humedad de 45 por ciento en ausencia de O. Aun cuando casi se puede ensilar, cualquier material forrajero, lo ideal es emplear forrajes de alto rendimiento, con buena proporción hoja/tallo y que posean un buen valor nutritivo, como la mezcla gramíneas y leguminosas. Las labores a realizar en la preparación del suelo dependen de las condiciones en que se encuentre el terreno. La cantidad de semilla recomendada es de 70 kg de avena y 30 kg de vicia/ha al voleo, en 2 distribuidores. Al establecer el cultivo, lo usual es hacer la fertilización, de acuerdo con el análisis de suelo. La cosecha para ensilar y/o henificar se efectúa cuando el grano de la avena esta en estado lechoso. Las gramíneas como pastos, se deben cosechar en estado de prefloración. El grado de compactación o apisonamiento es importante para lograr la expulsión rápida del aire. Existen diferentes tipos de silo, aéreos, subterráneos, horizontales y verticales
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